Antiguamente era utilizada para ahuyentar a las pulgas en las cuadras y aún en la actualidad da moderados resultados para que las moscas no se acerquen.Pero comúnmente, despojamos al tronco de la corteza y utilizamos ésta par atar manojos de espárragos y las escobas rama.
DISFRUTA
PRODUCTOS SILVESTRES
Hábitat
Es una planta distribuida por la región mediterránea, en casi toda la península ibérica, archipiélagos canario y balear y norte de África, donde crece en matorrales, pinares y terrenos no cultivados desde el nivel del mar hasta a 1400 metros de altitud.
En la comarca granadina de la Alpujarra, en plena Sierra de la Contraviesa, se sitúa el municipio de Torvizcón, topónimo que significa ‘tierra del torvisco’.
Descripción
Es un arbusto con muchas hojas con forma de punta de espada, todas dirigidas hacia arriba: tal vez, podría ser confundida con una Euphorbia, pero cortando una hoja rápidamente vemos que no sale látex blanco. Desarrolla las flores blancas al final del verano y el otoño. Hay que tener cuidado con esta planta porque es irritante.
Su fruto es de color rojo, en baya. Tiene hojas lanceoladas, estrechas. Dado el potente efecto purgante de la corteza y de las hojas del torvisco es considerado venenoso, ya que puede producir ampollas en la piel tras un prolongado contacto.
Propiedades
El torvisco es un arbusto con propiedades sorprendentes. Ha sido usado como amuleto y repelente de malos espíritus desde la Prehistoria. Es la mejor especie vegetal de la península ibérica para hacer ligaduras, su corteza es una cuerda natural por su flexibilidad y resistencia, con la que se pueden hacer nudos muy firmes. En algunas zonas de Zamora se acostumbra a atarle una correa de Daphne gnidium a la cola de los corderos como remedio para frenar la descomposición estomacal; también es conocido su valor como insecticida en el gallinero, para mantener a las gallinas a salvo del piojillo. Esta especie ha sido empleada, desde tiempos inmemoriales, como medio de pesca en lagunas y arroyos: su resina tóxica ataca al oxígeno del agua, por lo que echando ramas de esta planta se envenenaba a los peces que, después de dos o tres horas, solo había que recoger. Esta forma de pesca se conoce como «entorviscar» y además de ser peligrosa por indiscriminada está penada por la ley en España.
