Cancho de Nuestra Señora de Villamesías

Es un Altar de ofrendas desde tiempos prehistóricos, tiene la particularidad de que todavía está en uso. Es común que el visitante deje algo en la pila que hay en el extremo superior. No importa lo que sea, una planta, un objeto e incluso una piedra, se hace con la intención de pedir protección a la madre naturaleza.

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Exteriores, Todos los días

Son lugares de una emanación especial de energías procedentes de la corteza terrestre. En determinados sitios esta energía aflora en forma de irradiaciones especiales, columnas circulares de un metro que salen de la tierra hacia los cielos. La ciencia moderna está estudiando estos fenómenos y muchos de ellos coinciden con altares en religiones de todo el mundo y a lo largo de todos los tiempos.
Según parece, los antiguos conocían de la existencia de estas fuerzas y las utilizaban en sus rituales. Son pocos los datos que se conocen, los historiadores romanos dan algunas pistas sobre lo que acontecía en estos lugares. Algunos experimentos han comprobado como las bacterias de la putrefacción no proliferan en estos ambientes, provocando, por ejemplo, que la carne no se pudra, sólo se seca y se momifica. El Cancho de Nuestra Señora tiene forma piramidal. La parte visible mide aproximadamente un metro y medio de altura, por casi medio metro en la base. hay quien dice que si se limpiara el entorno podría aparecer un santuario muy completo. Actualmente, los muros de las cercas colindantes y el paso del camino impiden tener una idea de la magnitud del complejo rupestre. En rocas cercanas se aprecian formas que a veces, parecen poco naturales.
En general, los altares rupestres pueden ser de dos tipos: altares de ofrendas y altares de sacrificio. Esta diferenciación, normalmente nace del tamaño del monumento y de la existencia de pilas o piletas donde se produciría el sacrificio ritual y el derrame de líquidos. Normalmente toda la infraestructura está tallada en la piedra. A veces, el altar es un bloque exento, que se ha tallado en otra parte y ha sido movido hasta el lugar de presidencia del templo.
En la cercana Sierra de Santa Cruz se conocen por decenas, algo muy sorprendente para investigadores y curiosos. La cúspide cuenta con un castillo árabe además de un gran templo rupestre al que se accede a través de escaleras talladas en la roca. Prácticamente toda la sierra está llena de lugares donde construyeron recintos sagrados, especialmente en San Juan el Alto. Allí, en un recinto fortificado, se localizan hasta doce en cinco hectáreas, algo totalmente inusual.
Hay un detalle que nos hace pensar  y aporta una información preciosa sobre la gente de Villamesías y es que existe una pervivencia o conexión con una tradición milenaria y la costumbre actual. Una tradición que pervive hoy y de alguna manera se resiste a desaparecer. Podríamos pensar que aquí, el espíritu local, ha mantenido la información viva en la mente de generación en generación.
El nombre sugiere una cristianización de la tradición, que era la norma de la iglesia católica con los ritos de cada lugar. Al darle la advocación de la virgen, establecían una conexión con las fuerzas de la naturaleza expresada en el cancho. En la parte trasera parece que hay marcas de algún grabado. También hay cruces en el entorno grabadas en la roca.
Todavía cuando pasas a su lado debes dejar algo a modo de ofrenda, puedes pedir algo o simplemente dar gracias por lo que eres o tienes. Es un lugar de alegrías y de deseos infinitos de buena ventura.