LAS CABILAS

En un extremo de la población se encuentra una zona muy peculiar. Un barrio con casas generalmente pequeñas hechas con piedras que afloran de la tierra. A veces, las peñas son tan grandes que se usan como paredes.

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En el pueblo también lo conocen como el barrio judío, Cabila es un término de origen bereber que significa tribu de beduinos o de bereberes. Se usa para designar al territorio donde se asientan estas tribus. Tal vez, el nombre del barrio tenga alguna relación con este significado, pero no está del todo claro. También se usó para designar a las tribus bereberes del norte de África que se enfrentaron a las tropas españolas durante el protectorado español de Marruecos (1913-1956). Las cabilas eran la base de la organización político-administrativa en el ámbito territorial y cada una de ellas estaba gobernada por un caíd.
Parece ser un barrio construido muy deprisa, en el extrarradio, un poco apartados de la población. Las crónicas antiguas cuentan como Villamesías no tenía las casas ordenadas a modo de barrios y calles, sino que se juntaban sin orden aparente. En este barrio es donde los solares de las viviendas tienen un tamaño más o menos regular, un poco por debajo de la media del resto de la población. Las casas se aprietan unas a otras, ofreciendo por lo general poca fachada, pero con mucho fondo. Las formas rudimentarias presentan escenas que conectan con los ancestros del lugar.
Ya apenas quedan vecinos en esta zona, muchos emigraron hace años. La calle Nueva, de la Cebada y la Travesía Corta, parecen ser el núcleo central del barrio, aunque en la Calle Corta se unen muchos de los atractivos del barrio. Hay una casa grande que luce un esbelto tejadillo en la puerta principal que destaca sobre las demás. con dos pisos y una amplia parcela, sugiere que alguna vez ha podido ser la principal del distrito,. En las rejas de una de sus ventanas muestra detalles de virtuosismo artístico y una gran simbología. Tiene una cruz sobre dos serpientes, dos hojas de palma rematan sus lados. Representa una alegoría bíblica que conecta la crucifixión de Cristo con la ascensión. Según el Antiguo Testamento, Dios ordenó a Moisés usar una serpiente de bronce puesta en un palo como medio de sanación para los israelitas mordidos por serpientes. La serpiente en la cruz simbolizaría el triunfo sobre el pecado y la muerte por medio de la fe en Cristo. La palma del martirio, un símbolo cristiano que representa la victoria de los mártires sobre la muerte y el pecado. La palma era un símbolo de victoria en la antigüedad y se asoció con el Domingo de Ramos, cuando Jesús entró triunfalmente en Jerusalén.
En las peñas que asoman entre las paredes de las viviendas encontramos marcas del paso de los hombres desde tiempos centenarios: escalones, agujeros de barrenas o de cuñas para romper la piedra. Da la impresión de haber sido también la cantera de la que extrajeron la piedra para la edificación de estas casas.
Las modificaciones que han tenido las casas del barrio se aprecian en sus paredes. Muchas entradas son grandes y esbeltas sin que haya más que una gran puerta. Otras veces las ventanas y puertas están tapiadas o incompletas. Como en el resto de la población, hay lápidas romanas en las paredes de algunas viviendas, habitualmente en las esquinas.
Las estampas de muchos rincones nos llamarán la atención por sus formas arcaicas, sus gruesos volúmenes y su belleza.