Rubus ulmifolius, llamado zarzamora, entre otros numerosos nombres comunes, es una especie de arbusto de aspecto sarmentoso de la familia de las rosáceas y es popularmente conocido por sus frutos comestibles, llamados moras.
Descripción:
Tiene hojas imparipinnadas, la mayoría compuestas por cinco folíolos peciolulados y puntiagudos, a veces solo tres, bastante variables, de forma elíptica ovada u obovada, con borde dentado o aserrado, de color verde oscuro por el haz y blanco-tomentoso por el envés.
Las flores, pentámeras, tienen pétalos ovalados casi siempre rosados, a veces blancos, de unos 10-15 mm y los sépalos son grises o tomentoso-blanquecinos. Nacen en racimos, dando lugar a inflorescencias de forma oblonga o piramidal.
Su fruto, la zarzamora o mora, es comestible y está formado por muchas pequeñas drupas arracimadas y unidas entre sí (polidrupa), de color rojo tornándose al negro purpúreo al madurar. Su sabor es agradable aunque algo agrio.
Hábitat y distribución
Es una planta muy invasiva y de crecimiento rápido que también puede multiplicarse vegetativamente generando raíces desde sus ramas. Puede colonizar extensas zonas de bosque, monte bajo, laderas o formar grandes setos en un tiempo relativamente corto.
Es frecuente en setos y ribazos y su distribución original abarca casi toda Europa, el norte de África y el sur de Asia. También ha sido introducida en América y Oceanía, con efectos muy negativos como maleza; por ejemplo, en Chile y Uruguay es considerada una especie invasora. Sin embargo, la venta de sus frutos y sus subproductos también significa una fuente de ingresos para muchas familias, quienes realizan la recolección de sus frutos.
Usos
La zarzamora es una fruta del bosque dulce muy popular en pastelería para la preparación de postres, mermeladas y jaleas y, a veces, vinos y licores. Las hojas disecadas, utilizadas como infusiones, tienen propiedades astringentes, antisepticas urinarias y bucales y también diuréticas. La mora negra o zarzamora contiene sales minerales y vitaminas A, B y C. Por su alto contenido de hierro es utilizada para prevenir y combatir la anemia. Entre otras facultades, estudios recientes comprobaron que el elevado contenido de flavonoides (taninos que también poseen los vinos tintos) contribuye a prevenir el cáncer y disminuir el colesterol.
Las cortezas de los tallos se utilizan como material de cestería y para hacer cuerdas. Es por ejemplo material tradicional para coser las colmenas de paja o skep hives de tradición anglosajona que aún se utilizan hoy en día.
Otro uso, poco conocido, es como sustituto del tabaco.