Es una construcción de mampostería y sillería en las esquinas de la torre, contrafuertes y portadas. Destaca el sentido longitudinal del templo parroquial, aunque se ve alterado por los elementos verticales de la torre y la cúpula sobre la capilla mayor. El edificio fue construido a finales del siglo XV y la cabecera, con terminación fechada en el anillo de la cúpula: “ACABOSE AÑO 1755”, es del período barroco.
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Es una coqueta edificación, tanto por fuera como por dentro, no le falta ningún detalle. Sus portadas medievales y la traza de los arcos que sostienen el techo parecen muy anterior al siglo XVI, cuando llegó la inquisición. Su silueta tiene un perfil muy singular, podemos observar un frontal muy común entre la zona. El templo muestra un estilo propio muy marcado por la torre, los soportales, la cúpula del ábside y su portada principal. Si echamos un vistazo, podemos reconocer las distintas etapas constructivas con todos sus elementos y detalles artísticos.
Es posible que el tamaño de la torre pueda parecer un poco desproporcionado con respecto al resto de la nave, cabe la posibilidad de que estuviera ahí antes de la consagración del templo. Si la observamos detenidamente, podemos ver que su apariencia es defensiva, tiene un solo cuerpo y su elegante remate es piramidal.
El templo cuenta con tres entradas, pero destaca la entrada del lateral, cobijada por un hermoso soportal de cuatro arcos sostenidos por columnas cilíndricas.
Presenta una estampa muy original, enmarcados en un arco campanil y con distintas arquivoltas que tienen un dibujo conopial. Las ménsulas están decoradas con puntas de diamantes en el arco exterior y rematado con un escudo de armas en el que se aprecia la cruz de Alcántara, un león y un cerdo.
La puerta norte es sencilla y está cegada, la de los pies, antaño la principal, tiene un antiguo arco decorado con dientes de sierra, alfiz y una cruz rematando el conjunto.
En el interior, sus arcos marcan las líneas maestras de la nave, rematadas con una bóveda que acoge el altar y un vistoso retablo. El retablo es del siglo XVII, vino de la iglesia de Santiago de Miajadas en 1960.
Preside un Cristo Crucificado rodeado de santos y vírgenes que dulcifican el sufrimiento que expresa el momento. La escultura tiene muchos detalles y expresa fortaleza, si nos fijamos, da la sensación de que el daño que está sufriendo no le afectara, pues muestra un semblante tranquilo. A su derecha está el Santo Domingo, una escultura del siglo XVIII donada por la Condesa de Romera. Este santo era de la Orden encargada de administrar el Santo Oficio tan presente en Villamesías. Su cruz está visible en una de sus entradas. La imagen presenta un perro de presa, símbolo de guardianes de la fe. En la sacristía destaca un armario-hornacina labrado en piedra con un gran valor artístico. Es cuadrado, con marco moldurado, enmarcado por pilastras, con rosetas, columnas estriadas, junquillos y capiteles con flores, está dedicado a San Pedro. Está rematado con tres frontones que albergan los bustos con las efigies de San Pedro, San Pablo y el tercero, que se encuentra en el medio de ambos pero separados, la imagen del Papa, una obra de mediados del siglo XVI.
El púlpito también tiene aspectos relevantes como la rústica pila bautismal, hay quien dice que fue traída por templarios. En el suelo se conservan grandes lápidas grabadas con los escudos de familias principales que se enterraban en la iglesia. Hay que tener en cuenta, que esta iglesia ha sido quemada dos veces: una por los franceses y otra en la Guerra Civil.
A pesar de esto, el recinto se ha sobrepuesto al paso del tiempo y de los hombres, junto a uno de los caminos reales más transitados de España.
El atrio fue cementerio hasta el año 1891, aquí se pueden ver aún algunas lápidas, al igual que las lápidas laudatorias del interior de la iglesia, donde podemos leer: “S(sepultura) DIEGO ALONSO JUAN MVÑOZ MVÑANA Y EREDEROS. 1675 AÑOS”. “Sepultura) DE BARTOLOME GIL PAJARES Y EREDEROS. AÑO 1676”. D. DOMINGO SANCHEZ TORRES I EREDEROS. AÑO DE 1698”. Sepultura) DE LUIS FERNANDO CASAS Y EREDEROS”. El templo se pavimentó con baldosines en el año 1926135.
Según el Interrogatorio de la Real Audiencia de finales del siglo XVIII: “Esta fábrica parroquial tiene a su entrada un cementerio, que si ocurre urgencia en su ámbito se puede dar sepultura eclesiástica, mas como la parroquia es capacidisima en ella de sepultar los que fallecen. En esta villa ni en su iglesia no se hallan dotaciones para beneficios algunos y solo si algunas capellanías en ellas sitas, y lo son: una fundada por Don Thomas Ximénez Baquero, de presente bacante por haber fallecido su capellán, consiste su renta en diez heredades muradas con algunos pies de olivo y dos escrituras sensuales, cuya renta ascenderá a cien ducados, retrayendo de ella sus cargas anuales de treinta misas y subsidio, que todo el gravamen ascenderá a ciento y treinta reales. Asimismo se halla dotada en ella otra capellanía que fundo Don Fernando Casasola, consistente su renta en treinta escrituras sensuales otorgadas en esta villa y pueblos inmediatos y en una casa y dos heredades, que toda su renta se regula en seiscientos reales, y pagando de ella cuatrocientas reales limosna de ciento y veinte misas y el derecho anual que paga de subsidio, queda libre doscientos reales. Asimismo se halla dotada en ella otra capellanía que instituyo María Gil Hoyas, consistente su renta en cinco heredades y un molinero harinero, que todo el producto ascenderá a seiscientos y treinta reales, y bajándose de subsidio y veinte y cinco misas cien reales, queda libre a su capellán, que lo es de esta y la anterior Don Juan izquierdo Ramos, presbítero natural de esta villa y residente en el lugar de la Zarza de Montánchez, la cantidad de quinientos y treinta reales por un quinquenio. Y estas son las capellanías dotadas en esta iglesia, que según sus fundaciones no piden residencia136″.
Se accede al interior mediante un pórtico situado en el costado meridional, modelo frecuente en las iglesias de las distintas poblaciones de la comarca de Trujillo. Presenta cuatro amplias arcadas de medio punto peraltado sobre columnas cilíndricas. En el lado de los pies se levanta la torre de un solo cuerpo y remate en chapitel piramidal. Existen accesos al templo en sus dos laterales y en la fachada de los pies. La puerta norte está cegada, es la más sencilla, presenta un simple arco de medio punto sin decoración. La de los pies presenta arco apuntado con dientes de sierra y un encuadramiento de perfil que se quiebra en el centro coronándose con una cruz. Sobre la puerta destacan las ménsulas que son los restos que aún perviven del primitivo soporte del pórtico. La puerta principal se sitúa en el lado sur precedida del pórtico; el hueco está perfilado en arco carpanel, aunque los baquetones que van moldurando las distintas arquivoltas tienen dibujo conopial. Con la salvedad de que en la última corre una decoración de puntas de diamantes, sobre el alfiz aparece un escudo de armas. En el interior destaca la horizontalidad, presentando nave única con tres tramos separados por arcos apuntados, cubiertos por estructuras de madera a dos vertientes, aunque una de las estructuras ha sido sustituida por un techo de cemento y una cúpula sobre pechinas en la capilla mayor. A los pies se sitúa el coro cubierto con bóveda de aristas y triple arcada de medio punto.
El retablo mayor que ocupa el ábside estuvo en la iglesia de Santiago de Miajadas hasta el año 1960, fecha en la que se trasladó a este municipio durante las obras de restauración del templo137. En el Inventario de la iglesia de 1925 aún se detallan algunos restos del antiguo retablo138. Es de traza clásica con cuatro columnas toscanas y frontón partido. Encuadra un templete de dobles columnas de orden compuesto con hornacinas y lleva un remate, es obra del siglo XVII. El retablo es presidido por una imagen moderna del Crucificado y sobre él, una imagen de la Inmaculada, donación a la iglesia de las Hijas de María. Destacamos en este retablo una talla policromada que representa al Santo Domingo de Guzmán, es obra del siglo XVIII, fue donada a la iglesia por la Condesa de Romera.
Como hemos indicado, existió otro retablo barroco de talla dorada, con columnas salomónicas adornadas con racimos de uvas que pudo ver Mélida ocupando el testero de la parroquia139. Otras imágenes desaparecieron o fueron pasto de las llamas en los sucesos acaecidos durante la Guerra Civil Española y que conocemos gracias a la Visita realizada en el año 1782: Santísimo Ángel de la Guarda, San Ildefonso, Santo Domingo (otra imagen), Perpetuo Socorro, Dulce nombre de Jesús, Santa Ana, San Pedro, los mártires San Fabián y San Sebastián (procedentes de su ermita), San Francisco de Asís y la Virgen de Gracia140.
En los sucesos llevados a cabo en el mes de agosto de 1936, en el transcurso de la Guerra Civil, se provocaron daños importantes en la estructura de la iglesia, se quemaron algunas imágenes y documentos del archivo que se encontraban en la sacristía. Actualmente, destacamos varias obras de platería que aún se conservan como un cáliz de plata en su color con decoración de pequeñas perlas en el pie y en el astil. Presenta las marcas del león de Córdoba, RG y Z, marca de José de Santa Cruz y Zaldúa, de finales del siglo XVIII.
En el lado del Evangelio destaca un púlpito granítico sobre un pedestal cilíndrico estriado. Formado a base de cuatro paneles con artística labra de arquillos ciegos y lóbulos con tracería gótica. Es una pieza de gran valor artístico del siglo XV. En el lado de la Epístola, encontramos una artística pila bautismal con taza circular lisa y apoyada en un pedestal de fuste cilíndrico y basa hexagonal, obra de finales del siglo XV.
Junto al púlpito, un retablo neogótico con hornacinas que albergan las imágenes modernas de San Antonio con el niño (donación de doña Rita Ramos), Santo Domingo de Guzmán y la Virgen de Fátima, con columnas laterales, obra del siglo XIX. También destacamos un retablo de madera del siglo XIX con algunos detalles neoclásicos de escaso valor artístico, donde se venera a la Dolorosa, obra de los años 50 del siglo XX. En la base del retablo, observamos un Cristo yacente en urna, es una imagen del siglo XX realizada en pasta de madera y ojos de cristal y decorada a mano con pinturas al óleo. Al lado, hay una imagen de Cristo con la cruz a cuestas, en madera policromada repintada, conocido en el municipio como “Santo Cristo”, es obra del siglo XVIII. En el Inventario del año 1925 se detalla: “otro retablo del altar del Santo Cristo de madera tallada, con hornacina y puerta de cristal. La efigie y una cruz miden 1 m con 50 cm”142. No obstante, hemos de aclarar que dicha imagen no recibía años atrás esta denominación, ya que en el Inventario de 1925 se lee lo siguiente: “En el altar de las Ánimas hay una Virgen del Carmen de metro noventa y otra de Jesús con la cruz a cuestas, casi nueva, de un 1 m y 55 cm”.
En el lado de la Epístola, hay un retablo neoclásico, obra del siglo XIX de escaso valor. Tiene tres calles separadas y acristaladas y alberga las imágenes modernas del Resucitado, San José con el niño y la Virgen del Rosario.
